viernes, 18 de marzo de 2011

Pic de Perafita (2.756m)

12 y 13 de febrero

Es complicado encontrar un fin de semana en el que estemos disponibles unos cuantos. Y esta salida se merecía que por lo menos... fuésemos unos cuantos!
Para inaugurar este blog, qué mejor manera que hablando de la salida al Pic de Perafita. Una salida de dos días con nuestra primera dormida en refugio incluida.

Las prisas y los contratiempos de la ciudad no nos abandonan ni en aquellos fines de semana en los que nos podemos escapar a la naturaleza. Así que tuvimos que salir de Mataró teóricamente a la 1, las 2 en la práctica.Éramos conscientes de que llegaríamos al Parking de les Polinyeres (punto de salida) bastante tarde y que se nos haría de noche por el camino. Así que al llegar batimos el récord de preparación en una salida. Una buena forma de coger práctica, ya que es normal dormirse en los laureles en estos casos. Gajes del oficio!

Finalmente salimos hacia 6 menos poco y venga, a caminar! Nos tenemos que ir acostumbrando a las mochilas de invierno y el caminar no se hace tan ligero como querríamos. Todos los “hierros” necesarios para la nieve pesan lo suyo. Algunos van más cargados que otros; es lo que tiene querer pasearse con chanclas por el refugio!

Pronto nos tenemos que poner las raquetas de nieve. El frío de las noches pasadas había congelado el camino y en algunos tramos andábamos por grosores de hielo de unos 30 cm o más!

La primera sorpresa de la salida es lo especialmente agradable que nos resulta ir haciendo ruta por la noche. La nitidez de la atmósfera nocturna de invierno nos deslumbraba y la luna se encargaba de mostrarnos el camino en algunos tramos. Una vez más, el brazo de la vía láctea nos abruma en el firmamento.

Finalmente y con un esfuerzo muy agradecido, llegamos al refugio dels Estanys de la Pera (2.335m) a las 20:30.

La entrada al pequeño nido de montaña se hace mucho más cálida de lo esperado. Los que ya estaban cenando dentro nos habían guardado un poco de estofado de carne con manzana y uvas pasas que les había sobrado. Nos lo comimos muy agradecidos, pero como unos buitres después del esfuerzo hecho!

Nos sentimos emocionados. Es la primera noche que vamos a pasar en un refugio de alta montaña.

El día siguiente amanece muy claro. Algunos vamos con un poco de sueño, no es tan fácil dormir rodeado de bastante gente. Dónde han quedado aquellos años de fiesta en las habitaciones de los albergues de colonias?

A las 9 emprendemos la marcha. La primera subida que nos encontramos, la utilizamos para repasar como se utilizan los crampones y el piolet. Una vez recordados los movimientos básicos, vamos en dirección al pico.

La subida se hace agradable, hasta que nos encontramos con una pala que nos da acceso a la cresta que nos lleva a la cima. Todos nos concentramos un poco más, no es el momento para ir de cháchara. Somos como recién nacidos, pero con unos zapatos enormes llenos de púas de hierro. Grotescamente monstruoso! Así que nuestro caminar se hace un poco torpe. Pero siempre es divertido tener nuevas sensaciones. Debe de ser algo parecido a volver a nadar, acto que ya ninguno de nosotros recuerda.

El desnivel de la pala nos sorprende en su parte final rozando los 40 grados. No está mal para ser la primera vez!
Una vez acabada la pala nos dirigimos a la cresta. Es una cresta bastante ancha, pero por suerte, con la nieve suficiente para poder seguir con nuestra primera progresión seria sobre ella.

Poco a poco, como andando por la luna, vamos avanzando hacia la cima. La emoción se hace presente continuamente, el paisaje no decepciona.

Mientras damos los últimos pasos de la subida, nos damos cuenta de que en la vertiente opuesta a la que estamos nosotros viene una nube muy baja que ya se ha zampado al Monturull. Montaña que ya subí en invierno hace dos años. Su cresta este tiene su miga! Es una lástima porque precisamente la queríamos ver, ya que la ascensión al Monturull es una posible próxima ascensión.
De todas formas, al llegar a la cima gozamos de las vistas una vez más. Las montañas de Andorra se pueden ver parcialmente y todo el valle des de que venimos se presenta en su máximo esplendor.

Qué alegría poder haber hecho nuestra primera salida sobre nieve. Más de uno ha estrenado botas semirígidas, piolet y crampones!

La bajada se hace aparentemente tranquila...Hasta que empezamos a bajar por la pala que nos sorprendió al subir. Al sufrió una pequeña caída. Por suerte se pudo parar con el piolet! Eso si de una forma un poco ortodoxa.

Aprendemos la lección y yendo con mucha más precaución descendemos hasta un punto en el que decidimos hacer algunas prácticas de frenado con el piolet. Más nos valía hacerlas después de lo vivido.

Después del pequeño percance, el descenso se hace muy plácido. Como siempre, comentando la jugada y con algunas risas. Bien avenidos son los bien aventurados!
Nos paramos en el refugio donde recogemos las cosas que nos habíamos dejado para no subir tanto peso hasta la cima. Comemos para reponer energías. Cambiamos los toscos crampones por las raquetas y emprendemos la marcha felizmente hasta el parking donde nos esperaba fría la furgo.

Fue una de las salidas más completas que hemos hecho hasta la fecha. Toda una aventura que difícilmente olvidaremos. Como todas las que hemos hecho hasta ahora...